Rafael Salgueiro es licenciado y doctorado en Economía por la Universidad de Sevilla, Rafael Salgueiro es profesor de su departamento de Administración de Empresas desde 1986. Además es consultor en Estrategia Empresarial, con particular experiencia en el ámbito industrial y gestión de relaciones institucionales. Salgueiro explica su forma de ver Andalucía desde el punto de vista de la industria y la empresa.
1. Desde su punto de vista, ¿qué cambios ha producido la crisis en la organización y el desarrollo del tejido empresarial en Andalucía?
El impacto más evidente es la desaparición de no pocas empresas y, entre ellas, algunos establecimientos industriales significativos.
También ha surgido una oportunidad, o más bien necesidad, que ha sido el conocimiento adquirido en la gestión de tiempos muy difíciles, las ganancias en eficiencia en las empresas supervivientes y la salida al exterior que han hecho empresas medianas e incluso algunas pequeñas. Otra ‘oportunidad’ tiene que ver con que se ha sobrevivido sin ayuda de la banca. En este sentido, creo que la dependencia se ha reducido para siempre, pero está por desarrollar un mercado de renta fija para las empresas medianas.
2. ¿Qué opina sobre las políticas que se están llevando a cabo en el ámbito regional y nacional en la lucha contra el cambio climático?
No se puede ‘luchar’ contra un cambio climático. En todo caso, podríamos limitar la contribución humana a la aceleración de un cambio, pero nada más. Las políticas regionales e incluso nacionales son poco efectivas ante un asunto global, más allá de la distribución de la contención de emisiones. Pero el problema es que esa contención se asigna a un reducido número de sectores industriales y puede traducirse en que dejamos de fabricar en Europa para que se haga en otro lugar no sujeto a nuestra limitación. Y a la atmósfera le da igual de dónde procedan los gases de efecto invernadero.
3. ¿Qué papel tienen las PYMEs en el desarrollo de la economía y en la reducción de las cifras del paro?
El papel corresponde a empresas medianas, PYME es demasiado genérico. Las medianas son las que tienen mayor potencial de desarrollo y, en consecuencia, de empleo. Es necesario facilitar la conjunción de empresas, establecer una fiscalidad no perjudicial, no como la actual, y tenerlas bastante más en consideración en la acción institucional internacional, que debería estar más enfocada a países y sectores concretos. La compra pública o la privada, respaldada por decisiones públicas no siempre asegura la igualdad de concurrencia respecto a las grandes, ni se aprovecha bien su capacidad movilizadora.
4. ¿De qué forma piensa que influirá el Programa Horizonte 2020 en la mejora de la productividad de la economía en Andalucía y Europa?
El programa es más orientador que transformador, como corresponde al limitado presupuesto de la Unión Europea. ¿Cómo puede influir? De tres formas. Primero, con la calidad con la que se haya diseñado y se aplique la estrategia de especialización inteligente de cada territorio. Segundo, con la inteligencia con que se seleccionen los proyectos empresariales susceptibles de apoyo financiero y, tercero, con la vinculación más estrecha posible entre recursos de I+D y necesidades prioritarias de los sectores destinatarios del nuevo conocimiento o del desarrollo tecnológico.
5. ¿Cuáles son las claves para realizar una explotación responsable y sostenible de los recursos mineros?
La calidad de la regulación y de su aplicación, en primer lugar, y una relación amigable entre la Administración y el sector, lo cual está sucediendo desde hace algunos años. Debemos asegurarnos también de que se empleen aquí las mejores formas de hacer (no son solo técnicas) que desarrolla la minería internacional. El potencial de la minería metálica es elevado, sobre todo si se desarrolla más la hidrometalurgia de los sulfuros complejos (es el caso del proyecto Polymet Ore liderado por Cobre las Cruces, por ejemplo). Respecto a los hidrocarburos vale decir que solo sabemos que no sabemos si hay recursos. De modo que lo que toca es investigar.
6. ¿Qué papel tiene la universidad en el desarrollo de las sociedades y en el mantenimiento y mejora de su base intelectual?, ¿y en el ámbito industrial de Andalucía?
La función principal de la universidad es proveer profesionales cualificados que necesitan un largo tiempo de formación. La función investigadora, lamentablemente, está dispersa y ello le resta eficacia. Y todavía no somos capaces de vincular debidamente las capacidades investigadoras con las necesidades del sistema productivo.
7. Usted ha dicho que sin industria no hay paraíso. ¿Qué debe hacer la Administración Pública para incrementar su presencia en España y aumentar el PIB industrial?
Tener la vocación de que nuestra regulación y su aplicación sean comparables con la mejor que exista en cada caso en países comparables, creando un marco atractivo para la Industria. Y utilizar la capacidad de acción institucional en apoyo a la internacionalización de las empresas y para atraer inversión exterior.