Pablo Claver con más de diez años de experiencia en consultoría estratégica, ha colaborado con empresas y administraciones públicas de España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Es experto en el diseño de políticas públicas de desarrollo económico y en el análisis de modelos de colaboración público-privada. Además, ha liderado numerosos proyectos de estrategia, expansión internacional y modelos de crecimiento sostenible para empresas industriales.
Actualmente es Principal de The Boston Consulting Group en España y miembro de las áreas de especialización de industria e infraestructuras de la firma.
1. ¿Qué papel debe desempeñar el sector industrial en el fortalecimiento económico español? ¿Por qué debería llevar un mayor peso frente a otros sectores?
El sector industrial ha destacado como motor de crecimiento y de creación de empleo durante la crisis económica y debe desempeñar un papel de liderazgo en el fortalecimiento económico que, previsiblemente, tendrá lugar en los próximos años en nuestro país. La capacidad exportadora de las empresas industriales y su progresiva multilocalización han sido clave para compensar la caída de la demanda interna en España, contribuyendo a equilibrar la balanza de pagos y a fortalecer el valioso tejido empresarial y el capital humano del sector industrial durante estos últimos años.
Por otro lado, el empleo que generan las empresas industriales es de gran calidad, con trabajadores altamente cualificados, con una retribución media un 20% superior a la de otros sectores económicos y mayor estabilidad: al menos un 60% de los trabajadores industriales permanecen durante más de cinco años en la misma empresa.
El aumento de la actividad industrial no solo beneficia a las empresas del sector sino que además fomenta el crecimiento del conjunto de la economía, debido a su efecto multiplicador.
2. ¿Qué variables han motivado esta apuesta por el fortalecimiento industrial?
Aquellos países con una industria más desarrollada presentan menores tasas de desempleo y un mayor volumen de exportaciones que, tal y como ha sucedido en el caso de España, contribuyen a compensar la caída de la demanda interna y a mejorar su balanza de pagos. En este contexto, la Comisión Europea ha reforzado su apuesta por el sector y ha incluido el objetivo de desarrollar una industria europea sólida y sostenible dentro de su estrategia Europa 2020. Otras economías desarrolladas como Estados Unidos están constatando que la revitalización de la industria es posible, y están en pleno proceso de revisión de su estrategia. Estos ejemplos refuerzan nuestra creencia de que España debe impulsar el desarrollo de un sector industrial fuerte, competitivo y de referencia internacional, y que debe situar el sector industrial en el centro de su agenda económica y política.
3. Solo el 6% de las PyMEs españolas se encuentran presentes en mercados exteriores frente al 40% de las grandes empresas y multinacionales. ¿Se trata de un claro ejemplo de desventaja en cuanto a la competitividad y crecimiento frente a PyMEs de otras potencias?
Nuestras PyMEs son sumamente competitivas y están al nivel de los países más eficientes de la Unión Europea. Sin embargo, estamos en desventaja en cuanto a su tamaño: más del 60% de los empleados españoles trabajan en empresas con una plantilla inferior a 50 personas, y un 40% lo hace en empresas que no llegan a 10 empleados, frente a países como EE.UU. con un 11% de empresas con menos de 10 empleados, o Alemania, con un 19%.
La falta de escala de muchas de estas empresas genera importantes desventajas que limitan su potencial de crecimiento y su posibilidad de especialización. Los procesos de multilocalización resultan complejos y costosos y dificultan el desarrollo de este tipo de estrategias en las empresas de menor tamaño y sin experiencia internacional previa. Además, la falta de financiación para afrontar el crecimiento de su actividad, la limitada experiencia de sus gestores y los costes del asesoramiento necesario para acceder a nuevos mercados pueden poner en riesgo el proceso de multilocalización.
Por ello, en nuestro Estudio, aparecen una serie de iniciativas para facilitar y promover la internacionalización de nuestras empresas y para que los grandes grupos españoles que han desarrollado con éxito estrategias de multilocalización utilicen su capacidad tractora para impulsar la internacionalización de nuevas entidades.
4. De las medidas propuestas en el Estudio, ¿cuáles son las que se deberían desarrollar con más urgencia?
Si bien ha sido diseñado como un todo, destacaría una serie de iniciativas de impacto rápido en cada uno de los ámbitos que abarca el Estudio: internacional, nacional y transversal. En el entorno internacional, consideramos prioritario apoyar a las empresas industriales en su actividad exportadora a países de alto potencial fuera de la UE y respaldar aquellas empresas españolas con capacidad tractora en su actividad internacional. En el nacional, debemos optimizar los programas de estímulo de productos con mayor efecto multiplicador, fomentar el consumo de productos fabricados en nuestro país, establecer medidas de homogeneización y reducción del coste logístico y de transporte y reforzar la estabilidad del marco regulatorio para facilitar el análisis de las inversiones a largo plazo. Por último, dentro de las medidas transversales, destacamos fomentar la orientación comercial de los proyectos de I+D+i, por ejemplo, reforzando la transmisión de conocimiento entre universidades y poniendo en marcha un programa de asesoramiento y de líneas de ayuda financiera a las PyMEs para solicitar y obtener patentes. La segunda medida transversal es crear mecanismos de apoyo financiero al crecimiento y consolidación de PyMEs, mediante el desarrollo de un fondo especializado en este tipo de procesos del ICO, la creación de un sistema de certificación de PyMEs como proveedores de grandes empresas, y la puesta en marcha de un mecanismo de concesión de avales a estas empresas, como alternativa a los préstamos directos por parte del MINETUR.
5. ¿Qué se debe mejorar en el ámbito del I+D+i en España para alcanzar estos objetivos?
Si bien España lleva haciendo un gran esfuerzo desde finales de los años 90, el gasto en I+D+i de nuestro país es todavía insuficiente, por detrás de la media europea. La diferencia entre España y la UE proviene principalmente de la menor participación del sector privado.
Para llegar a los niveles de otros países punteros en I+D+i debemos desarrollar modelos cuyo objetivo sea asegurar su explotación comercial, como ya han hecho países como EE.UU., que ha realizado un modelo por fases que permite optimizar el gasto, ya que los fondos asociados a cada fase están condicionados a los resultados en la fase anterior, o Alemania, que centraliza el apoyo a los proyectos de I+D+i en una única agencia que selecciona los proyectos en función de su aplicación comercial y del carácter prioritario de su sector.
6. ¿Piensa que es viable la consecución de los objetivos propuestos en el Horizonte 2020 cumpliendo estas medidas o sería necesario adoptar otras adicionales?
Son objetivos ambiciosos, pero viables. Estas medidas abordan los grandes retos que debe superar el país para impulsar la industria y disponemos de los elementos necesarios para poner en marcha todas las propuestas: una formación de calidad de nuestros profesionales, moderna red de infraestructuras ampliamente probada, situación geográfica privilegiada y, desde el comienzo de la crisis, hemos realizado un gran esfuerzo para ajustar el coste laboral unitario hasta situarlo un 10% por debajo del de la Unión Europea. Además, el Gobierno español y las administraciones públicas han mostrado un gran compromiso con la revitalización de la industria.
Ahora bien, la consecución de dichas iniciativas se verá condicionada por el ritmo y la intensidad de la recuperación económica en nuestro país y en el conjunto de la Unión Europea. Una mejora de la actividad económica y del consumo facilitará la puesta en marcha de algunas de las medidas propuestas y amplificará su impacto en el sector. Además, otros factores macroeconómicos como la evolución del tipo de cambio del euro frente al dólar o la reducción del coste de las materias primas y de los hidrocarburos tendrán un impacto directo sobre la estructura de costes de nuestra industria y su capacidad de competir en los mercados internacionales.