Nacida en San Fernando, Cádiz, María del Carmen Pedemonte es ingeniera técnica industrial y licenciada en Derecho. Además, es funcionaria en el Cuerpo de Gestión de Empleo del Servicio Público de Empleo Estatal y portavoz de Industria en el Parlamento andaluz por el Partido Popular. Pedemonte explica su punto de vista sobre lo que considera indispensable para el crecimiento de Andalucía.
1. ¿Qué apoyos considera necesarios para que el sector agrario y hortofrutícola logren aumentar el empleo y el bienestar de Andalucía?
El campo tiene que ser rentable, un pilar productivo referente en nuestra economía. Se tiene que modernizar y profesionalizar cada vez más, liderar la producción agrícola y la innovación. Es clave garantizar el relevo generacional. En los últimos cinco años se han perdido en Andalucía cerca de 30.000 explotaciones agropecuarias y el 15% de la Renta Agraria.
El Partido Popular presentó hace más de dos años, en el Parlamento de Andalucía, el llamado Plan Concentra, con importantes medidas en el sector agroalimentario e industrial. Y fue aprobado. El Gobierno de la Junta de Andalucía se comprometió a hacerlo realidad pero, hasta hoy, no se ha hecho nada al respecto.
Hay mucho por hacer, empezando por gastar los fondos que se destinan presupuestariamente. A día de hoy, la ejecución no supera el 25%. Además, la Junta ha dejado sin ejecutar 970 millones de euros en Desarrollo Rural, al cerrar líneas importantes como los programas para la mejora de explotaciones agrarias o de incorporación de jóvenes agricultores, donde ha invertido cero euros.
2. ¿Cuáles son las líneas principales que permitirían conseguir una mejora sustancial en materia de educación en Andalucía?
Tenemos un modelo educativo fracasado. Son inaceptables los graves índices de abandono y fracaso escolar. Somos la comunidad con menor inversión por alumno.
Hay que acabar con los recortes y modernizar y reformar el modelo educativo, como fija la LOMCE. El nuevo modelo requiere población cualificada, apostar por la formación dual y las universidades como auténticas fábricas de conocimiento, un uso más eficiente de los recursos, mayor utilización de las tecnologías digitales y, prioritario, bilingüismo para todos los alumnos sin excepción.
La Educación, pilar y base de la sociedad, tiene que ser el camino hacia las oportunidades. La clave de la prosperidad es la ética social y el trabajo. No son los recursos los que hacen a los países ricos, sino los niveles éticos de sus sociedades. Necesitamos una política educativa, no hacer política con la educación.
3. En el contexto del Programa Horizonte 2020, ¿cómo valora la aplicación actual de las tecnologías enfocadas a la información en la región?
La cultura de la información y la comunicación es fundamental para competir en un mundo global. La implantación de las TICs, y fundamentalmente de Internet, es importante para incorporar conocimiento a las empresas e indispensable para el e-business y crear economía digital.
El proceso de incorporación y desarrollo de la sociedad de la información se sitúa, en Andalucía, en una zona intermedia baja, presenta un ritmo inferior, es lenta y mantiene brechas digitales. Hasta ahora, Andalucía es casi una mera declaración de intenciones de lo que debe ser un objetivo real: un desarrollo de la industria competitiva basada en la innovación, la sociedad de la información y los servicios tecnológicos, buen posicionamiento en los mercados internacionales y con criterios de sostenibilidad, que sea motor de desarrollo económico. Andalucía debe ser la puerta industrial de Europa.
4. ¿Considera el Programa Horizonte 2020 como una propuesta efectiva a la salida de la crisis y como una opción para cubrir la decreciente inversión que se está haciendo a nivel nacional en I+D+i?
Es un instrumento interesante, con casi 80.000 millones de euros presupuestados. Más que en la crisis, se centra en impulsar a las empresas europeas en sectores industriales de alto valor añadido.
El Gobierno de España apuesta por la I+D+i en los Presupuestos Generales del Estado de 2015, incrementando la partida y buscando nuevas formas de financiación, como los fondos europeos, para lo que es muy útil la especialización inteligente.
Además, es también una guía para las comunidades autónomas sobre cómo actuar en materia de innovación en la búsqueda de nichos de oportunidad. Una población alcanza un nivel alto de renta si tiene un tejido industrial sólido, y este se consigue en gran medida a través de la I+D+i.
Los indicadores económicos demuestran la desindustrialización de la comunidad autónoma de Andalucía. El menor desarrollo de la industria respecto a otras regiones españolas y europeas se debe a una política carente de una estrategia industrial eficaz y efectiva, que recorta su presupuesto y que, lo que es aún más grave y preocupante, no lo ejecuta. Los países con mayor nivel tecnológico son los que han salido antes de esta crisis y saldrán también antes de las crisis futuras. Es urgente un cambio radical.
5. ¿Cómo está afectando la reducción de la inversión en innovación del ámbito privado al tejido empresarial de Andalucía?
La reducción de la inversión privada ha sido una consecuencia lógica de la crisis. Los recortes sostenidos en el tiempo de la inversión en I+D+i producen una serie de efectos en cadena: pérdida de competitividad de las empresas y de cuota de mercado, desaparición de parte del tejido industrial, aumento del paro y caída de la renta.
La caída de la renta, además, produce una contracción de la demanda, y esta acarrea un desplome de la producción industrial. Empiezan a verse síntomas positivos en el sistema nacional de I+D+i. El sector está mejorando poco a poco, incrementándose la participación privada y la financiación de fondos europeos, el liderazgo en aspectos de la estrategia Horizonte 2020 y la creación de la Agencia Estatal de Investigación.
Andalucía tiene una inversión total en I+D+i, pública y privada, de 190 euros anuales por persona, a diferencia del País Vasco, Navarra o Madrid, donde se rondan los 600 euros. La tasa de paro es 11,5 puntos más alta que la media española, que se sitúa por debajo del 24%. No podemos continuar a contracorriente.
6. En el ámbito local, ¿qué ha supuesto el cierre del Centro de Técnicas Industriales de San Fernando?
El CTI fue cerrado oficialmente hace un año, sin ninguna explicación. Es el único consorcio que no se ha liquidado ni auditado. La Junta de Andalucía tiene reclamada documentación sobre la disolución de estos tres consorcios escuela, dentro del proceso, por el fraude de los cursos de formación.
La pérdida de unos centros de formación profesional ocupacional especializada en sectores claves para la economía, como las técnicas industriales en Cádiz, actividades emergentes, como el medio ambiente en Huelva, o las TICs en Málaga, en el Parque Tecnológico, es un auténtico desatino, un desastre y prueba de la incapacidad e inoperancia de los responsables políticos de la Junta de Andalucía. El cerrojazo a los consorcios no ha acabado.