Raúl Andrés Ávila es director de la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana y profesor en temas de industria, competitividad, regulación y servicios públicos en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Es, además, asesor del Departamento Nacional de Planeación de Colombia en temas regulatorios y energéticos. Ha trabajado como consultor, investigador y asesor para múltiples entidades como ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras), Repsol YPF o el Banco de la República de Colombia. En este sentido, desde su experiencia en Colombia, ofrece la opinión y visión que tiene de Andalucía y España, y el objetivo de la industrialización.
1. ¿En qué se basa su cometido al frente de la Coalición para la Promoción Industrial de Colombia?
En el año 2011, por iniciativa de un grupo de industriales, se concibió un proyecto conforme al cual se pretendía identificar los elementos necesarios para promover una nueva política de desarrollo productivo en el país, contribuyendo así a la estimulación de las cadenas productivas, a la competitividad, a la generación de valor agregado, a una mayor innovación y a la creación de empleos de calidad.
La Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana se forjó como una asociación con visión transversal de las diferentes ramas de la industria manufacturera y en el propósito de incrementar la producción, el nivel de ventas y la competitividad internacional. Además, se creó con la intención de apoyar al gobierno colombiano en todos los lineamientos en materia de política pública que promuevan un desarrollo industrial innovador y con valor agregado para el desarrollo económico y regional de Colombia, que aporte también ideas para los sectores en América Latina, principalmente con los países andinos.
2. Respecto al Programa Horizonte 2020, ¿cómo valora el potencial de España y, concretamente, el de Andalucía?
España está presentando hoy día una fuerte política de recuperación económica al igual que toda la zona Euro. Esto es clave de cara al fortalecimiento que espera llevar a cabo Colombia en el corto plazo a través de la firma del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, y está claro que, con desarrollos de maquinaria, equipos que fortalecen el desarrollo productivo, se espera, entre otros aspectos, establecer fuertes lazos económicos.
Con Andalucía se espera que se fortalezcan lazos con la experiencia que tienen en el desarrollo de la agroindustria y sus encadenamientos, así como con los servicios terciarios. Esta región se ve con buenos ojos para Colombia como guía de aprendizaje de mejores prácticas en estos procesos agroindustriales.
3. ¿Qué opina de la labor de entidades como la Fundación Patrimonio Industrial de Andalucía (FUPIA)?
Este tipo de entidades son sumamente importantes para el desarrollo regional, puesto que son las que salvaguardan las mejores prácticas productivas en una región, sus tradiciones, su legado cultural, el desarrollo de apuesta productivas por el territorio y cuentan con esa historia que es difícil de compilar en las prácticas de los desarrollos manufactureros. En Colombia no tenemos gremios de este estilo y no se tiene lastimosamente esta tradición.
Tan sólo sería comparable con la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), que mantiene una representatividad y un legado histórico, pero que no alcanza la rigurosidad de esta fundación andaluza.
4. Precisamente, el Programa Horizonte 2020 pretende incidir en la comprensión de la base intelectual de Europa, ¿de qué forma considera que entidades como FUPIA pueden contribuir a ello?
Este tipo de organizaciones buscan el fortalecimiento del legado y el conocimiento vernáculo, que pasa por el legado histórico y las tradiciones ancestrales en los procesos productivos, que sirven de base para la construcción de apuestas productivas de largo plazo donde las tradiciones forjan las bases del conocimiento y permiten la adopción y adaptación en los procesos productivos. Colombia debe trabajar fuertemente en el desarrollo de este tipo de estrategias y es un excelente ejemplo tomar el legado que se tiene de FUPIA, que permite, a partir de sus testimonios materiales e inmateriales, comprender y documentar aspectos claves de la historia colombiana, tal y como fue la industrialización del país.
5. ¿Cuál debe ser la política para evitar la desindustrialización de una región y promover mayor desarrollo de este ámbito?
La política debe actuar para conseguir una serie de objetivos. En primer lugar, debe asumir un papel de liderazgo en la identificación de los factores críticos para el desarrollo de las distintas ramas de la industria, enfrentada a la competencia de las distintas zonas y regiones del mundo en virtud de la globalización.
Por otro lado, debe lograr un mayor impulso, desarrollo y promoción de la industria, arraigando una visión a medio y largo plazo sobre la generación de productos procesados con el mayor valor agregado e innovación. Además, es necesario que atienda la necesidad de atraer inversión extranjera y nuevos marcos formales y estratégicos de planificación de la economía nacional.
Por último, debe cooperar en la expansión y modernización del sector industrial, mediante cadenas de valor agregado, diferentes ramas de la industria moderna, sofisticadas, que privilegien la innovación y el crecimiento de la productividad. Ello debe constituirse en factor de garantía de participación activa en la economía internacional, a través del aumento de la producción interna y de la exportación no tradicional competitiva, que traiga consigo empleos y desarrollo focalizado en las diferentes regiones.
6. ¿Qué políticas existen en Colombia, o en América, de índole similar a la del Programa Horizonte 2020?
La política más reciente está desplegada en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, que está construyendo el Departamento Nacional de Planeación del gobierno colombiano, que está apostando por Políticas de Desarrollo Productivo (PDP) de la mano con el Consejo Privado de Competitividad. Tiene, entre otros, un conjunto de principios que delimitan el campo de acción de la PDP, una metodología para definir los esfuerzos verticales que deben implementarse, una serie de objetivos y metas que deben alcanzarse con la PDP, un conjunto de estrategias que forman el núcleo de la propuesta y, finalmente, unos ajustes que deben hacerse a la arquitectura institucional encargada de la competitividad e innovación en Colombia. El documento debe ser una hoja de ruta para fomentar el desarrollo económico del país en las próximas décadas.